Pero no me quiero ir

Todo el mundo se marcha y los que no se marchan, se quieren marchar.  Somos jóvenes, jóvenes médicos, ingenieros, juristas y economísyas entre otros muchos, que día a día tratan de prepararse en España. Y digo tratan porque es su objetivo, al igual que es el mío.

Pero no todo el mundo puede permitirse ( y hablo en términos económicos) estudiar, ni muchos pueden pagar los estudios de sus hijos, algo, que por calificarlo rápidamente, diría que es  vital. Pero sobre todo, somos jóvenes que quieren aprender, que quieren crecer pero no siempre pueden. Mucha gente dice que aquí no hacemos nada, que hay que salir al extranjero para poder terminar de formarnos o entrar en el mundo laboral con unas condiciones aceptables…Pero yo no me quiero ir: quiero seguir luchando por formarme aquí y quiero poder formar al resto de niños y adolescentes. Porque si todo el mundo se va, ¿quiénes se quedan?

Esa gente joven

Todo comenzó en las redes sociales, todo comenzó con un #ComisiónJuventud. Lo he repetido mil veces y hasta lo he gritado en el Ayuntamiento de Algete: siento una especial afinidad por la gente joven. Y me refiero con el término especial porque no se trata de esa relación lógica entre joven y joven, esto va más allá. Va hasta tal punto que soy exclusiva y esta afinidad no es con toda la gente joven, si no con  aquellos jóvenes luchadores. Esta insistencia que tengo de que los adolescentes se hagan oír no  es algo que venga en mi persona de serie.

Y es que yo no niego la sabiduría de los más mayores ni el control y los conocimientos de los más veteranos. Simplemente recalco la importancia que tiene escuchar a aquellos que somos ( y me incluyo porque de verdad me considero parte) el futuro de un país que fue un paraíso para muchos extranjeros. Mi interés como decía, no nace del aire. Nace de conocer a Débora Álvarez , responsable de juventud de la oposición en Algete, a raiz de mi colaboración en la Campaña Contra la Violencia de Género y de  vivir en un pueblo en el que hay  muchas personas que quieren que todo sea mejor y que están dispuestas a luchar por ello. He recordado esto porque desde hace unos meses los jóvenes de Algete están peleando por un Algete mejor, un Algete más activo, un Algete «reseteado».

Por ello han tenido lugar varias Comisiones de Juventud donde muchos  jóvenes y vecinos han planteado ideas, propuestas, mejoras y soluciones a problemas inadmisibles que ocurren en este pequeño pueblo de enérgicos guerreros. Sin embargo no podemos engañarnos: los políticos nos oyen pero no nos escuchan, que no es lo mismo. Y mientras tanto un gran número de personas de «esa gente joven» hablamos con seguridad, vivimos esperanzados, soñamos ilusionados y esperamos con anhelo un cambio que nadie sabe si llegará. Y que si llega, puede ser un fuerte jarro de agua fría.